El grupo se ha hecho famoso en el mundo tras dar caza a Bin Laden
«No existe un día típico para un seal». Así define la propia organización el trabajo del grupo que se ha hecho famoso en el mundo entero tras la captura y muerte de Bin Laden. Una unidad preparada para las operaciones especiales, las más peligrosas y las más secretas. La élite del Ejército estadounidense.
Para acceder a este grupo, o mejor, para intentar acceder, es imprescindible estar en el Ejército, ser varón de entre 17 y 28 años, tener ciudadanía estadounidense, pasar pruebas físicas y médicas exigentes (los daltónicos no pueden entrar) y superar una investigación secreta de seguridad. Los candidatos que posean todos estos requisitos pueden solicitar ocupar una de sus 2.500 plazas. Solo algunos, aproximadamente entre un 20 y un 25%, la consiguen.
Cada año mil hombres se presentan para comenzar la preparación. Durante al menos un año y medio reciben un entrenamiento durísimo durante el que una gran parte irán abandonando. Una vez superada la primera fase, la organización integra a los que han logrado resistir en alguno de los nueve equipos que existen. Pero todavía deberá pasar como mínimo otro año más de adiestramiento antes de que el nuevo miembro participe en una operación real.
La inmensa mayoría de los que abandonan lo hacen durante la que se conoce como la semana del infierno, que es como llaman a la cuarta semana de los entrenamientos y tiene lugar en las cercanías de San Diego. Esa semana es la que ha servido para acuñar el lema que les sirve de divisa: «El único día bueno fue ayer».
Durante esos cinco días, el candidato duerme unas cuatro horas diarias y pasa casi todo el tiempo restante sumergido en agua fría o barro. Además de pasar hambre, deberá correr y bucear hasta la extenuación.
Dentro de los equipos de los Seals también hay categorías. Si la unidad es la élite, la élite dentro de ella es el Equipo 6, el que acabó con Bin Laden. Solo los mejores de los mejores llegarán a formar parte de él. Se calcula que tiene entre 200 y 300 miembros. Y, aunque como el resto de los Seals, hasta hace unos años estaban especializados en la guerra anfibia, su orientación desde los atentados del 11-S está más centrada en la lucha en tierra.
Ryan Zinke, de 49 años, perteneció a ese equipo y ahora es legislador en Montana. Según afirma, los miembros del Equipo 6 tienen en común algunos rasgos de personalidad. Son «engreídos y arrogantes». Y además magníficos tiradores. Richard Marcinko, fundador y primer comandante de los Seals, explica que los miembros pasan años perfeccionando su puntería y que raramente dejan pasar 24 horas sin disparar.
Los nombres de los Seals son secretos por una cuestión de seguridad, con una excepción: la del hombre que dirigió al Equipo 6 en la caza de Bin Laden, el almirante William McRave.